El Toque del Escultor es un dibujo artístico a lápiz de un querubín, realizado con gran precisión por Yana Evans, que fusiona la tradición clásica con una caligrafía moderna. La composición captura una figura alada estudiando, modelando con atención un busto de mármol con la precisión y la serena devoción que caracterizaban el taller renacentista.

En la Italia del Renacimiento, los jóvenes escultores solían ser aprendices durante años de maestros artesanos. Su vida diaria consistía en mezclar arcilla, afilar cinceles y tallar minuciosamente el mármol, mucho antes de que surgiera una obra maestra. Este dibujo refleja ese ritmo disciplinado: el querubín encarna la inocencia y la concentración, evocando cómo los escultores de Florencia y Roma perfeccionaban su arte en silencio, guiados por la creencia de que lo divino podía revelarse a través de la piedra.

La obra de Evans evoca esa dedicación atemporal, utilizando el lápiz para lograr la profundidad tonal y la suavidad de los dibujos a tiza que antaño practicaba el círculo de Miguel Ángel. El delicado sombreado y el trazo equilibrado invitan al espectador a considerar el acto creativo en sí mismo, no solo como una labor, sino como un arte devocional.

Esta obra original forma parte de la creciente colección de Evans de obras de grafito que unen mito, simbolismo y dibujo fino. Coleccionistas y admiradores del arte figurativo encontrarán en El Toque del Escultor un testimonio tanto de la memoria histórica como de la visión contemporánea.